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Los dermatólogos alertan de que se lava en exceso a los niños

Los niños se lavan demasiado y cuanto más jabón se usa más grasa de protección se le roba y más vulnerable se les deja la piel porque pierden su capacidad de protección, según se ha destacado en el congreso internacional de dermatología pediátrica celebrado en Barcelona.

Ramón Grimalt, dermatólogo del hospital Clínico de Barcelona y secretario técnico del congreso ha declarado que el exceso de limpieza de las madres españolas ha provocado un notable incremento de eczemas, alergias y otras patologías en la piel que en la generación de nuestros abuelos eran escasas «porque los hábitos higiénicos eran distintos y no se conocía el baño diario».

Según Grimalt, los bebés no se ensucian y no hay que bañarlos todos los días, y muchos menos con jabón, que no limpia sino desengrasa, «porque es malo para su piel porque les reseca y les desprotege la piel». Además, los jabones infantiles son en general muy parecidos a los que se comercializan para adultos y se diferencia básicamente en el olor. Para este experto, la presión que ejerce la industria de cosméticos infantiles ha propiciado este ritual del baño diario de los niños, y que en pieles predispuestas puede crear muchos problemas.

Ha remarcado que «un niño que no fabrica grasa puberal hasta los 12 años no necesita jabón para limpiarse», y que hasta esta edad únicamente puede usarse en la cabeza y alrededor del ano (las heces llevan grasa), ya que incluso la orina se disuelve perfectamente en agua y hace innecesario el uso del jabón.

 

Niño bañándose

Niño bañándose

 

Jabón, un día a la semana

Lo recomendable en un niño de menos de 12 meses es bañarlo con agua todos los días, pero más bien por el efecto relajante que tiene y para crear unos hábitos para cuando sea adulto, y usar jabón sólo un día a la semana en zonas concretas.

A partir de la pubertad es cuando se debe usar jabón en zonas hormonales como el pubis, las axilas, la zona perianal, los pies y la cabeza, mientras que en los brazos y piernas es innecesario porque nunca se fabrica grasa en estas zonas del cuerpo y el agua de la ducha es suficiente para llevar la suciedad que pueda haber.

Para los dermatólogos es muy importante tratar bien la piel de un recién nacido porque está inmadura y su capacidad de absorción es muy distinta, y cualquier cosa que se pone se absorbe enseguida y pasa a la sangre. Esta inmadurez perdura durante los seis primeros meses de vida y por ello hay que evitar poner productos en la piel que puedan provocar toxicidad como las lociones contra los piojos.

En el caso de la sarna, según Grimalt, es peligroso usar determinados productos porque si se hace de forma incorrecta puede haber toxicidad neurológica y alteraciones del sistema nervioso central. En el congreso de Barcelona se ha tratado también sobre los angiomas, que son las manchas que se conocen popularmente como antojos, y como con láser se pueden quitar y evitar que un niño tenga que pasar toda la vida con ella, como ocurría hasta hace poco.

Entre las novedades farmacológicas que se han presentado destacan el uso tópico de fármacos inmunosupresores para tratar los eczemas, que se han revelado como más inocuos que los corticoides, aunque su coste es muy elevado ya que un tubo cuesta unos 55 euros.